jueves, 8 de agosto de 2013

Trabajo infantil, factor clave en el abandono escolar

POR ALFREDO DILLON (http://www.clarin.com/sociedad/Trabajo-infantil-factor-abandono-escolar_0_970703012.html)
Más de un millón de chicos en el país realizan actividades económicas o domésticas intensivas, lo que se traduce en ausentismo y deserción. El rol del colegio es fundamental.
Recreación. Una actividad de juego organizada por Conciencia, en Salta



En Argentina hay más de 1 millón de chicos que trabajan. La cifra es del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, que adelantó en exclusiva a Clarín Educación nuevos datos según los cuales en el país trabaja el 14,7% de los chicos de entre 5 y 17 años. Son niños y adolescentes forzados a convertirse en adultos, y más expuestos a quedar fuera del sistema: tienen 3 veces más probabilidades de abandonar la escuela.
“Estos chicos tienen, en promedio, dos años menos de escolaridad. Y cuando son adultos, su salario es un 20% menor”, explica Soledad Gómez, de Conciencia, una ONG que trabaja sobre este tema para evitar la deserción escolar. Un chico que trabaja no tiene tiempo libre: aunque vaya a la escuela, no puede hacer la tarea y está siempre cansado. Eso se traduce en bajo rendimiento y, a la larga, en abandono. Así, el trabajo infantil perpetúa el círculo de la pobreza.
El impacto del fenómeno varía según la edad: entre los chicos de 5 a 13 años afecta al 8,11%, pero entre los adolescentes de 14 a 17 el porcentaje asciende al 28,03%. Ellos duplican las tasas de ausentismo y repetición de sus compañeros que no trabajan. Entre las tareas más frecuentes hay actividades económicas (ayudar en un negocio familiar, hacer trámites o trabajos en la vía pública), pero tambiénactividades domésticas intensivas. En este caso, el mayor peso suele recaer sobre las mujeres. “Cuando las madres están insertas laboralmente, pueden ser las niñas las que las reemplazan en el cuidado de hermanos pequeños u otros miembros del hogar enfermos o mayores, dedicándose a la limpieza, la cocina y el lavado de ropa”, describe Ennio Cufino, de UNICEF Argentina.
Una de las mayores dificultades para erradicarlo es que el trabajo infantil suele ser “ invisible ”: se naturaliza, se vuelve cotidiano. Así lo explica Liliana Litterio, abogada especialista en el tema: “Esto ocurre entre las familias rurales o las que ejecutan oficios. Como piensan que el trabajo desde pequeños forma adecuadamente a los niños y les asegura un futuro, valoran más el aprendizaje laboral que el que pueden recibir en la escuela. Los casos altamente visibles, como la venta ambulante, el cuidado de autos o la recolección de cartones,forman parte del paisaje cotidiano y gran parte de la población se ha habituado a convivir con ellos, a tal punto que no los registra”.
Ante la mirada indiferente de la mayoría, el trabajo infantil lesiona losderechos de los chicos a la educación, a la salud, a la recreación y al juego. La escuela tiene un rol crucial en la detección y acompañamiento del problema: “El maestro normalmente advierte cuando la causa de que un alumno se queda dormido en clase es el trabajo. En estos casos, debe prestarle especial atención a ese niño e intervenir. Esto supone el contacto con la familia para conocer sus necesidades, con un servicio médico para que controle la salud del niño y con trabajadores sociales”, sugiere Litterio. Los especialistas recomiendan que, cuando docentes o directivos advierten un caso de trabajo infantil, se acerquen a los organismos locales de protección de la niñez. Y subrayan que en ningún caso se debe culpabilizar a los padres, sino articular esfuerzos para que el problema se haga visible y los chicos puedan ejercer los derechos que el trabajo les arranca.
En Conciencia abordan el problema trabajando con los estudiantes, sus padres y la escuela. A los primeros les dan apoyo escolar y psicopedagógico para mantenerlos en la escuela: en el 95% de los casos, lo consiguen. “A los adultos les ofrecemos capacitación en oficios”, cuenta Soledad Gómez, y agrega que sería fundamental que las familias cuenten con una “ mayor disponibilidad de jardines de infantes, para que los padres no se tengan que llevar a sus hijos al trabajo”. Una iniciativa pionera en este sentido son los jardines de cosecha, que Conciencia empezó a implementar en 2009 en Salta y Jujuy, en la cosecha del tabaco.
Cufino añade: “La extensión de la jornada en escuelas de poblaciones más vulnerables y la ampliación de la cantidad de escuelas con espacios de cuidado infantil son claves, junto con más políticas para la permanencia de los chicos en las escuelas, y la promoción de centros de desarrollo infantil para niños de hasta 4 años”.
Para Ianina Tuñón, investigadora del Observatorio de la Deuda de la UCA, la clave para resolver este problema es la generación de empleos de calidad, que permitan sustituir los ingresos que llevan los chicos a sus casas, de los que dependen tantas familias para subsistir: “La economía informal se nutre de los adolescentes. En el marco de empleos de calidad, el trabajo infantil no tiene lugar”.

jueves, 9 de mayo de 2013

La educación, a examen: crean un nuevo método para ponerle nota a las escuelas


POR ELENA PERALTA (Clarín 9-5-13)

Es un índice que combina rendimientos de los alumnos secundarios en Matemática, Lengua y Ciencias con la deserción y la repitencia. Pero los datos no serán públicos, como sí ocurre en Brasil.



El Ministerio de Educación calificará a las escuelas secundarias con un nuevo método. Se trata del IMESA (Indice de Mejora de las Secundarias Argentinas), un promedio que combina el tiempo que tardan los alumnos en terminar el ciclo, la tasa de egreso y los resultados del último Operativo Nacional de Evaluación (ONE). Los resultados se empezarán a comunicar a los directivos de las escuelas y los ministros de educación provinciales en la segunda mitad del año, pero no serán difundidos entre los padres ni publicados en ningún boletín oficial.
El índice fue presentado ayer por el ministro de Educación, Alberto Sileoni, como parte del Plan Nacional de Evaluación del Sistema Educativo, una batería de anuncios de sistemas de evaluación a alumnos y docentes desde Jardín de Infantes hasta quinto año. Los resultados del IMESA ya están elaborados, pero no se difundieron en la conferencia de prensa, como tampoco se darán a conocer a la opinión pública. Desde el Ministerio aseguraron que la publicidad de este tipo de evaluaciones está prohibida por la Ley Nacional de Educación, sancionada en 2006, y que establece que “la política de difusión de la información sobre los resultados de las evaluaciones resguardará la identidad de los/as alumnos/as, docentes e instituciones educativas, a fin de evitar cualquier forma de estigmatización”.

El IMESA se calculó por provincia, departamento y escuela, y abarca tanto al sistema público como privado. Lo elaboraron los equipos técnicos del Ministerio de Educación en base a los datos de matrícula y repitencia de cada escuela y los resultados del último ONE, que se realizó en 2010 y que volverá a realizarse este año. El ONE evalúa el desempeño de los chicos de tercer y sexto grado, en primaria, y de segundo, tercero, quinto y sexto año en la secundaria. Los datos del ONE son públicos al igual que los de la prueba internacional PISA, que se realiza entre chicos de 15 años y que hasta ahora vienen posicionando a la Argentina debajo de otros países de la región, como Chile, Uruguay y Brasil. Ayer Sileoni confirmó que Argentina volverá a participar de la evaluación en 2015.
“Queremos que la entrega del IMESA sea personalizada, que cada director, cada supervisor y cada ministro sepa qué pasa en su escuela y en su provincia, qué está bien y en qué tenemos que mejorar. De ninguna manera implicará un castigo o un premio, sino un camino a seguir para garantizar una educación de calidad para todos”, explicó Sileoni. Brasil aplica un índice similar, pero se difunde entre los padres de las escuelas.

La publicidad de las evaluaciones desagregadas es un tema de debate entre los especialistas de educación. “Las escuelas de contextos socioeconómicos menos favorecidas están estigmatizadas desde hace mucho y no creo que tenga que ver con que se difunda o no el desempeño de sus docentes y sus alumnos. Las políticas educativas deben ser públicas y saber qué criterios se toman para evaluar y luego lanzar tal o cuál programa en base a esos resultados deben ser conocidos por toda la comunidad”, aseguró Ianina Tuñón, del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
Para Néstor López, coordinador del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación de la UNESCO, los resultados desagregados por escuela fomentan un concepto de competencia que atenta contra la igualdad educativa: “Muchos países toman la decisión de difundir estos datos con el fin de que los padres elijan escuela desde un punto de vista de superioridad o inferioridad. Más allá de estigmatizar instituciones, de ninguna manera este tipo de indicadores puede concluir en que una escuela sea buena o mala”.
En la conferencia de ayer trascendieron algunas conclusiones generales del IMESA. “A nivel nacional tenemos falencias en el acercamiento de los chicos a la lectura y en el área de formación científica”, admitió Sileoni. A un diagnóstico similar llegaron las evaluaciones que se tomaron en 2012 a docentes de los tres niveles y que –prometen que este año– servirán para reformular los programas de formación de maestros y profesores.

domingo, 5 de mayo de 2013

Hacia donde vamos en la educación, las oportunidades del google glass



El google glass se ha presentado en sociedad como una nueva oportunidad visionaria. Ya tiene críticas, seguramente tendrá constantes modificaciones, pero es lo que llega.
Cuando en el salón de clases las futuras colegas del área de educación se preguntan por los caminos que han de recorrer en el inicio de sus carreras, los desencuentros con la realidad las llenan de cuestionamientos.
¿Cuál es el proyecto educativo? ¿Qué les podemos ofrecer a nuestros futuros alumnos? ¿Cuáles las herramientas de desarrollo pedagógico?  Sabemos que no podemos competir con los desarrollos profesionales de las industrias culturales. Pero debemos conocerlas, saber cómo trabajan, cuáles sus estrategias, y a partir de ello, poder intuir caminos en el que podamos adaptarnos a un cambio que llega antes que nos fuera formalmente presentado. Las tecnologías nos obligan a redefinirnos constante y permanentemente. La del google glass es una de las herramientas con gran potencial para comenzar a experimentar. Lejos, seguramente, de nuestras sociedades, pero es lo que llega, y tal vez para quedarse.
El niño, joven, adolescente, las estará experimentando antes o a la par que las nuevas generaciones de docentes. Conocer su funcionamiento y las posibilidades que nos ofrecen, quizás, nos haga más placentero y eficiente el trabajo de enseñar.
Aquí les dejo un par de links para que vayan tomando conocimiento. Esperemos caminar juntos.
http://www.youtube.com/watch?v=yRrdeFh5-io&feature=share
http://www.youtube.com/watch?v=JSnB06um5r4
http://www.youtube.com/watch?v=JSnB06um5r4

miércoles, 24 de abril de 2013

Nuevas tecnologías: cómo están cambiando la forma de aprender

(Clarín: http://www.lanacion.com.ar/1574797-viene-de-tapa-nuevas-tecnologias-como-estan-cambiando-la-forma-de-aprender)

Hace más de 2200 años, el matemático, astrónomo y geógrafo griego Eratóstenes logró calcular las dimensiones de la Tierra con un mínimo error. Para llegar a su resultado se basó en la longitud de la sombra proyectada por una vara el mismo día y a la misma hora en dos ciudades diferentes.
Sin calculadora ni iPad, la mayoría de los "gigantes" que nos precedieron, desde Newton hasta Copérnico o Einstein, no necesitaron mucho más que lápiz y papel para realizar aportes monumentales al conocimiento humano. De allí que muchos se pregunten ahora con inquietud cómo está cambiando nuestra forma de aprende r -y hasta el funcionamiento de nuestros circuitos cerebrales- la ubicuidad de las pantallas portátiles e Internet.
Uno de los que avivaron el fuego de la controversia fue el escritor norteamericano Nicholas Carr. En su libro Superficiales. Qué está haciendo Internet con nuestras mentes, plantea que las nuevas tecnologías conspiran contra nuestra capacidad de concentración, reflexión y contemplación. En otras palabras, que están imprimiendo un cambio mayúsculo en nuestra forma de leer y de pensar, y deteriorando nuestros procesos de razonamiento.
"El tema exige dos niveles de análisis -dice el doctor Ezequiel Gleichgerrcht, investigador en neurociencias de la Fundación del Instituto de Neurología Cognitiva y profesor de la Universidad Favaloro-. Por un lado, el evolutivo, para determinar si el cerebro que nos permitía aprender antes es el mismo que el que nos permitirá aprender con esta revolución tecnológica. Resulta muy fácil pensar que nuestro cerebro cambia porque tenemos nuevas necesidades y que esas necesidades se transforman en deseos tan fuertes que pueden incluso transmitirse a nuestros hijos, así como las jirafas supuestamente deseaban tanto alcanzar las hojas altas de los árboles que generación tras generación iban alargando su cuello. Esto no ocurre: los cambios grandes son azarosos y sobreviven los que mejor se adaptan al ambiente. Cuando como sociedad desarrollamos sistemas de escritura y, por ende, la necesidad de aprender a leer y escribir, aquellos cerebros que tenían más capacidad para adaptarse a esas demandas sobrevivieron y es por eso que encontramos en diversos estudios evidencia de que el cerebro lectoescritor tiene algunas diferencias importantes con el de civilizaciones que no tenían ese sistema de comunicación. Por ejemplo, la introducción de la escritura ya no requería tanta memoria y de hecho se ven diferencias en el hipocampo, un área del cerebro fundamental para la consolidación de nuevos recuerdos."
Para el científico, otro nivel de análisis es el de la adaptación "ontogénica": es decir, la de un individuo a lo largo de su propia vida.
Y como ilustración ofrece un ejemplo experimental. En un estudio de 2009, un equipo de la Universidad de California en Los Ángeles estudió con resonancia magnética funcional a un grupo de personas de entre 55 y 76 años que eran "vírgenes" en el aspecto tecnológico mientras completaban tareas de búsqueda en Internet y leían en una computadora, y los compararon con dos grupos de coetáneos con muy poca y mucha experiencia en Internet.

ACTIVACIÓN CEREBRAL

Los autores demostraron que todos tenían una activación cerebral similar al leer un texto simple, pero cuando se les pedía buscar en Internet, los experimentados tenían una activación mucho más global e intensa de circuitos frontales, occipitales y temporales, específicamente en áreas ligadas con la toma de decisiones, la motivación, la visión y la memoria.
"Claramente -subraya Gleichgerrcht, director del nuevo Instituto de Neurociencias de la Educación de la Fundación Ineco-, el cerebro de estas personas era estructuralmente similar, pero los que tenían experiencia habían encontrado nuevas formas de activación para afrontar el desafío de las nuevas tecnologías."
Experimentos realizados en todo el mundo muestran, sin embargo, que no basta la introducción de computadoras per se para instalar cambios en el aprendizaje. "En muchos de ellos se utilizan juegos para estimular capacidades cognitivas, pero arrojan un éxito moderado -explica el doctor Mariano Sigman, investigador del Conicet y profesor visitante de la Universidad Di Tella-. No existe un casco mágico para aprender sin esfuerzo."
Investigadores del grupo de Sigman, como Andrea Goldin y colegas del Laboratorio de Neurociencia Integrativa de la Universidad de Buenos Aires, entrenaron a chicos de escuelas primarias con juegos de computadora que estimulan la memoria, la capacidad de mantener la atención durante un tiempo prolongado en un mismo problema y la planificación, tres ladrillos básicos del razonamiento humano.
"Incluso con programas de apenas diez minutos diarios durante diez días vimos cambios, pequeños, pero significativos -destaca Sigman-. Las mejoras se traducían en mejoras en otras pruebas de razonamiento y hasta en las notas escolares."
El doctor Antonio Battro, psicólogo e integrante de la Academia Pontificia de Ciencias, es muy entusiasta. Como pionero e impulsor de la introducción de las computadoras en la escuela, sostiene que Piaget no llegó a imaginar que, por el mero hecho de aprender a programar, los niños podrían acceder a las operaciones formales muchos años antes de lo predicho por su teoría de los estadios cognitivos.
Con respecto a si los dispositivos digitales estarían conspirando en contra de la capacidad de atención de grandes y chicos, Battro explica que, de acuerdo con los trabajos de Michael Posner y su escuela, se han identificado circuitos neurales que mantienen el estado de alerta, otros que orientan hacia determinados estímulos sensoriales y finalmente aquellos que son capaces de resolver conflictos, llamados ejecutivos. "La combinación de estas tres redes de control es la que modula la atención durante todo el crecimiento -detalla-. El tema crítico es cómo se pasa del control de padres y maestros al autocontrol de cada individuo."
Según explica Battro, el cerebro humano puede atender varias cosas al mismo tiempo, pero siempre dentro de un sistema dinámico. "La capacidad de concentración depende de múltiples factores biológicos, emocionales, cognitivos, familiares, sociales y culturales -subraya-. Los medios electrónicos exigen tomar decisiones con rapidez; la «opción clic» es fundamental y decisiva para navegar en la Red. Pero saltar de un tema a otro puede tanto estimular la sana curiosidad y la genuina creatividad como esterilizar una búsqueda o un aprendizaje. La pedagogía en la era digital debe profundizar en estas nuevas oportunidades y desafíos que son inéditos en la historia de la educación."
Hay quienes, sin embargo, incluso tomando la presencia de las computadoras y sucedáneos en el medio ambiente infantil como un hecho positivo advierten que no hay que bajar la guardia.

RED ADICTIVA

"El cerebro humano funciona bastante bien en ciertas escalas temporales -explica Sigman-, por eso las escenas de las películas duran siempre más o menos lo mismo (unos 10 segundos). Pero a veces uno entra en ciclos que van mucho más rápido, como los comedores compulsivos. Hay algo en Internet que se asemeja a eso: es adictiva. Entrena y reemplaza al sistema de recompensa en las cosas más primarias. Y al entrar en ese ritmo uno entra en un circuito que no necesariamente funciona bien para la adquisición y consolidación de conocimiento. Son temas que se están empezando a estudiar."
Más adelante, el físico y neurocientífico advierte: "Lo que dice Carr tiene cierto sustento y es razonable. Uno con la computadora «terceriza» cosas que antes hacía por sí mismo. Por ejemplo, los cálculos mentales. Ahora directamente los delegamos en las máquinas, aunque sabemos que no es bueno, porque el cálculo no sólo sirve para calcular, sino que es un modelo de razonamiento. A veces, uno estudia algo en el colegio y diez años después lo olvida, pero no importa: lo importante no es el ejercicio en sí, sino el desarrollo de dominios cognitivos. Hay que tomarlas con cierto cuidado"..

jueves, 18 de abril de 2013

Paulo Freire en tiempos de TIC

Mario Morant y Gerardo Alzamora reflexionan sobre la actualidad del pensamiento de Paulo Freire a propósito del Seminario Latinoamericano “Educación Popular e Integración Regional: Vigencia y Perspectiva del Pensamiento de Paulo Freire” que se llevará a cabo en Sadop el 24 y 25 de abril.
(http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-218191-2013-04-17.html)
Por Mario Morant * y Gerardo Alzamora **

La metodología de Paulo Freire resultó inédita: la enseñanza partía de la propia situación de marginalidad y opresión de los educandos, suponiendo –acertadamente– que si se tomaba conciencia de la situación de explotación que vivían, se alfabetizarían más rápidamente y, sobre todo, eso les ayudaría a enfrentar la opresión de manera más efectiva. Una metodología de enseñanza útil para la alfabetización, y una pedagogía que, como tal, comprendería también una filosofía sobre el ser humano y la sociedad.
Freire fue desarrollando la idea de que el oprimido debía dejar de serlo sin volverse opresor, aunque sí debía recuperar su palabra y dejar de lado la palabra ajena, a la que lo condenaba una enseñanza tradicional vertical de arriba hacia abajo, que suponía que el maestro era el único que sabía y su saber debía ser transmitido o trasplantado al alumno. Llamó a esa enseñanza tradicional “bancaria”, y generó la idea de una enseñanza horizontal, en la que maestro y alumno emprenden la búsqueda de los conocimientos desde los que ya poseen, en forma dialógica, es decir, a través de un diálogo donde se crucen las experiencias de vida de ambos.
En el inicio del siglo XXI no sólo nos encontramos con las dificultades que nos presenta la relación Educación y Comunicación y Escuela-Medios Masivos. También aparece una situación inédita en cuanto al caudal de información que alumnos y maestros conllevan, con la amenaza de una posible renovación de la verticalidad en el proceso de enseñanza, esta vez de abajo hacia arriba, donde las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) transgreden tanto lo metodológico como la “adquisición” de conocimientos.
Sin embargo, tenemos claro que ese torrente informativo carece de una brújula que apunte hacia el crecimiento sensorial-cognitivo de los chicos. Entonces, se vuelve fundamental comprender el espacio mediático y el manejo simbólico que implica, ya no como un obstáculo o antagonista en la labor educacional, sino para fomentar el espíritu crítico de los alumnos. Crítico en cuanto a los contenidos. Crítico en cuanto a las ideas y conocimientos. Crítico en cuanto a la masificación, el consumo y el mercado. Una renovación de la pedagogía de Freire, a la que se la definió como “crítica” porque establecía el hecho de no aceptar mansamente las enseñanzas supuestas, sino analizarlas y diseccionarlas hasta encontrar el verdadero sentido y el fin al que estaban destinadas. Para Freire era esencial al método, que la praxis acompañe a la reflexión. La una sin la otra hace que pierdan sentido las dos. Se trata de construir un mundo, no sólo de pensarlo o actuarlo con espontaneísmo y sin reflexión. En tiempos de hipertextos, Internet y redes sociales, las ideas de Freire continúan vigentes.
En ese sentido, desde el Conacai –Consejo del que Sadop participa como miembro– se establecieron los Criterios de Calidad para Servicios de Comunicación Audiovisual destinados a la Niñez y Adolescencia. Estos apuntan a conocer qué se entiende por “calidad audiovisual” y cuáles son aquellos derechos que deben ser respetados y potenciados por los medios para el desarrollo cultural de los más jóvenes. Con la escuela tratando de lidiar –en desigualdad de condiciones– con la televisión e Internet, entre otros dispositivos mediáticos, resulta vital hacernos cargo de sus influencias en el aprendizaje y en la sociedad. Tenemos que participar y confrontar con un modelo de dependencia cultural, e influir en nuestra sociedad y comunidad educativa, en dirección a construir espacios alternativos de comunicación, canales de distribución y mensajes que nos expresen con identidad propia, en una sociedad más justa. Así, la Pedagogía de la Esperanza de Freire es, más que en el sentido de la espera, en el sentido del Proyecto, y sirve para que los Pueblos Oprimidos generen críticamente una respuesta liberadora y constructora de otra sociedad sin opresores ni oprimidos.
* Secretario de Relaciones Internacionales de Sadop.
** Secretario de Comunicación y Prensa de Sadop.